Obesidad
Dentro del grupo de los Adventistas , el 40% de los
cuales siguen una dieta exenta de carne,
los patrones de ingesta vegetarianos se han
asociado con menores niveles de Índice de Masa
Corporal (IMC). En el Estudio de la Salud de los
Adventistas, que comparó a vegetarianos y no vegetarianos
dentro de la población de Adventistas, el IMC
se incrementó a la vez que lo hacía la frecuencia de
consumo de carne tanto en hombres como en mujeres
. En el Estudio de Vegetarianos de Oxford, los
valores de IMC eran más altos para los no vegetarianos
en comparación con los de los vegetarianos en
todos los grupos de edad y tanto para hombres como
para mujeres
.
En un estudio de 4.000 hombres y mujeres de
Inglaterra que comparaba la relación entre consumo
de carne y obesidad dentro de cuatro grupos de personas:
los que consumían carne, los que consumían
pescado, ovo-lacto-vegetarianos y veganos, la media
de IMC fue más alta en el grupo de personas que consumían
carne y más baja en el grupo de veganos
(153). El IMC fue más bajo en aquellos ovo-lactovegetarianos
y veganos cuya adherencia a la dieta
tenía una antigüedad de 5 años o más.
Dentro de los factores que podrían ayudar a
explicar los menores niveles de IMC en vegetarianos
cabe incluir diferencias en contenido de macronutrientes
(menor ingesta de proteína, grasa y grasa animal),
mayor consumo de fibra, menor ingesta de alcohol y
mayor consumo de verduras.


* Journal of THE AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION (Junio 2003. Volumen 103. Número 6. Páginas 748-765). Texto disponible en:
http://www.eatright.org/Public/GovernmentAffairs/92_17084.cfm.
Traducción, con autorización de la Asociación Americana de Dietética (ADA), realizada por: Eduard Baladía, Julio Basulto y María
Teresa Comas. Colaboración de Raul Bescós. (Diplomados en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Barcelona CESNID).
La traducción ha sido cedida a la revista MEDICINA NATURISTA por la Unión Vegetariana Española.

153. Key T, Davey G. Prevalence of obesity is low
in people who do not eat meat (letter). Br Med J. 1996;
313: 816-817.

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