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Un medicamento basado en una planta china es eficaz contra la malaria
Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han expresado su esperanza de que el tratamiento contra la malaria denominado Terapia Combinada con Artemisinina (TCA) permita reducir el impacto de esa enfermedad, que provoca anualmente un millón de muertos en todo el mundo. La experta de la OMS en la lucha contra esa enfermedad, la doctora Fatoumata Nafo Traoré, ha señalado que el TCA "es la terapia más efectiva, no para la prevención sino para el tratamiento". Nafo Traoré precisó que la efectividad del TCA, que se basa en extractos de una planta china denominada artemisinina mezclados con otras sustancia sintéticas, es efectivo "en el 95% de los casos", a diferencia de otras medicinas como la cloroquina, que en determinadas regiones ya no produce efecto entre los pacientes. Desde abril de 2001 la OMS recomienda el TCA para el tratamiento de los enfermos de malaria y lo considera el medio más eficaz probado en los últimos veinte años. Sin embargo, los expertos de la OMS reconocieron que el problema del TCA continúa siendo el precio, ya que ese fármaco es "entre diez y veinte veces más caro", es decir 2,4 dólares, frente a medicinas basadas en la cloroquina, mucho más asequibles. Actualmente más de una docena de países africanos utilizan el nuevo tratamiento: Sudáfrica, Ruanda, Burundi, la República Democrática del Congo, Zambia, Eritrea, Camerún, Burundi, Gabón, Comoros, Mozambique, Senegal, Costa de Marfil y la isla de Zanzíbar (Tanzania). Otros seis países tienen previsto introducir el tratamiento este año: el resto de Tanzania, Kenia, Ghana, Benin, Guinea Ecuatorial y Sao Tomé y Príncipe. Según cálculos de la OMS, será necesario invertir 1.000 millones de dólares al año para introducir este nuevo tratamiento en los países más afectados por la malaria, especialmente de África subsahariana. En ese sentido, un representante del Fondo Global contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, el doctor Vinand Natulya, recalcó la necesidad de que la comunidad internacional incremente su ayuda para luchar contra esa enfermedad. Más de 500 millones de personas, en su mayoría niños africanos, afrontan diariamente la amenaza de morir de malaria, una enfermedad que transmite el mosquito anopheles gambiae. La organización médica internacional de acción humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) advierte que, para garantizar las cantidades necesarias de terapia combinada con artemisinina o TCA, es necesaria la toma de acciones urgentes para financiar la producción de estos medicamentos. “La Terapia Combinada con Artemisinina es realmente motivo de esperanza en África; cada vez más países con muy elevados índices de resistencia a los antipalúdicos tradicionales empiezan a utilizar la TCA con excelentes resultados,” afirma el Dr. Jean-Marie Kindermans, uno de los principales expertos en malaria de MSF. “Pero los financiadores y los productores deben actuar de inmediato para evitar una importante crisis que afectará al suministro de este medicamento. Como el ingrediente clave de las combinaciones se extrae de plantas, sólo grandes cantidades de pedidos permitirán que se cultiven y recojan las suficientes plantas para dar respuesta al aumento de la demanda que se estima para el año que viene”, concluye Kindermans. En octubre de 2002, Médicos Sin Fronteras decidió utilizar TCA siempre que fuera posible. En la actualidad, la organización estima que cerca de un 50% de sus pacientes ya reciben esta terapia, tratando a una media de 3.000 personas afectadas de malaria cada día en África, lo que supone más de 1,1 millones de casos al año. “Vemos con nuestros propios ojos el cambio tan excepcional que se ha producido con este medicamento”, afirma Dominique Fouché, que coordina el programa de MSF de lucha contra la malaria en Burundi. “Nuestros pacientes se recuperan más rápidamente y son menos los que vuelven con síntomas recurrentes. Estamos seguros de que a medida que se ponga en práctica el programa nacional en Burundi, veremos cómo disminuyen las muertes por malaria en adultos y en niños”, señala Fouché.
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Fuente: EFE/MÉDICOS SIN FRONTERAS
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