El aporte de vitamina C reduce el riesgo de fracturas oseas.
Según un estudio presentado en la 30ª reunión anual de la American Society for Bone and Mineral Research. celebrada en Toronto los días 14-16 de este mes, el aporte suplementario de la dieta con vitamina C — no solamente la vitamina C de la dieta — se asocia con un riesgo menor de fracturas de cadera y extravertebrales.
"Queremos averiguar los factores de riesgo modificables [de la osteoporosis], y la dieta lo es y mucho," comentó a Medscape Diabetes & Endocrinology Marian T. Hannan, DSc, MPH, coautora y presentadora del estudio. "La vitamina C de la dieta es muy modificable. Es una vitamina hidrosoluble que se absorbe y digiere con facilidad… [Además,] interviene en rutas metabólicas antioxidantes que inhiben la resorción ósea... [También] la vitamina C afecta directamente al.colágeno" La Dra. Hannan es investigadora principal y codirectora de la investigación sobre el sistema músculoesquelético del Institute for Aging Research perteneciente a la red geriátrica Hebrew Senior Life, en Boston, Massachusetts. También es profesora titular de la Harvard Medical School, en Boston.
En el estudio, la autora principal, Shivani Sahni, PhD, y colaboradores, evaluaron la correlación entre la ingestión de vitamina C— total, con la dieta, y en suplementos — y la incidencia de fracturas de cadera y extravertebrales. en 958 personas que participaban en el Framingham Osteoporosis Study, y en el que llevaban respondiendo cuestionarios de frecuencia de consumo alimentario desde 1988 ó 1989. El seguimiento de la fractura de cadera se hizo hasta el 2005 y el de las fracturas extravertebrales hasta el 2003. La Dra. Sahni, una becaria postdoctoral dedicada al estudio del envejecimiento en Hebrew Senior Life, fue quien dirigió el estudio mientras hacía el doctorado en la Tufts University de Boston.
En conjunto, durante el transcurso de estudio 100 participantes sufrieron una fractura de cadera y otros 180 una extravertebral. Los que estaban en el tercil inferior (tercil 1) para la ingesta total y suplementaria de vitamina C experimentaron notablemente más fracturas de cadera y extravertebrales que los que estaban en el tercil más alto (tercil 3). El resultado se mantuvo tras el ajuste con respecto a sexo, edad, índice de masa corporal, altura, hábito de fumar, actividad física, ingesta calórica total, y densidad mineral ósea, y también en los que consumían estrógenos (en las mujeres), polivitamínicos, y potasio.
La ingestión total de vitamina C era en promedio de 97 mg/día en aquellos que estaban en el tercil más bajo y de 305 mg/día para los del más alto. La tendencia de p en los 3 terciles, tanto para la fractura de cadera como para la extravertebral era 0,04 (fractura de cadera, tercil 2, cociente de riesgos instantáneos [RR], 0,73; intervalo de confianza del 95 % [IC], 0,45 – 1,20; fractura de cadera, tercil 3, RR, 0,56; IC del 95 %, 0,31 – 0,98; fractura extravertebral, tercil 2, RR, 0,98; IC del 95 %, 0,68 – 1,40; fractura extravertebral, tercil 3, 0,64; IC del 95 %, 0,42 – 0,99). Para el aporte suplementario de vitamina C, que varió desde un promedio de 0 mg/día a 260 mg/día a través de los 3 terciles, la tendencia de p era 0,02 para la fractura de cadera (tercil 2, RR, 0,50; IC del 95 %, 0,20 – 1,24; tercil 3, RR, 0;31; IC del 95 %, 0,13 – 0,73) y 0,06 para la fractura extravertebral (tercil 2, RR, 0,81; IC del 95 %, 0,38 – 1,73; tercil 3, 0,58; IC del 95 %, 0,30 – 1,11).
Según la Dra Hannan, “básicamente, las personas con los niveles más altos de vitamina C en su dieta presentaban la mitad de fracturas de cadera que las que tenían los niveles más bajos. Igualmente las personas que tomaban aportes suplementarios de vitamina C también tenían aproximadamente la mitad de fracturas de cadera que las que no los tomaban."
La asociación no se produjo cuando sólo se tuvo en cuenta la ingestión de vitamina C con la alimentación. Para la Dra. Hannan eso no es sorprendente, y añadió "ocurre lo mismo que vemos con la vitamina D, y sabemos que la vitamina D está relacionada con la salud ósea. El consumo de vitamina C de los ancianos y mujeres en Estados Unidos está bien, pero no es gran cosa, y desde luego no es óptimo."
Mary S. Anthony, PhD, profesora adjunta de medicina de la Wake Forest University en Winston-Salem, Carolina del Norte, y directora de epidemiología general de Amgen en Thousand Oaks, California, moderó la sesión. Tampoco le sorprendió que la vitamina C ingerida con la alimentación no predijera las fracturas. "La cantidad de vitamina C que se ingiere con la alimentación puede ser demasiado baja," declaró a Medscape Diabetes & Endocrinology. "[Además,] la ingesta con los alimentos varía mucho durante el año... pero usted consigue una cantidad constante con el aporte suplementario.” Y añadió que “los resultados también podrían reflejar las limitaciones de los cuestionarios de frecuencia de consumo alimentario.”
Estos resultados apuntan a la necesidad de tomar en consideración el aporte de vitamina C con la alimentación en el contexto clínico. "Todos los datos que tenemos se basan en observación de cohortes" dijo la Dra Hannan. "Yo no recomendaría a los médicos aún ... determinar la vitamina C de los pacientes C [o] darles algo que aumente sus niveles. Por otra parte... hay una amplia evidencia que lo apoya, y no sería disparatado. Tiene bastante fundamento y se debe prestar atención a ello."
La Dra. Anthony llegó más lejos, "como la vitamina C es relativamente segura y beneficiosa para otras cosas, pienso que recomendar a las personas que consuman más fruta y vegetales, y quizás un polivitamínico o un complemento [vitamina C] es una buena idea.... Aunque yo no recomendaría el abandono de un medicamento prescrito por un médico para la pérdida de masa ósea y su sustitución por vitamina C, sí creo que como primera línea de tratamiento debemos siempre tener en cuenta los factores nutricionales para la promoción de la salud antes que prescribir medicinas
El estudio no ha recibido financiación comercial. Las Dras. Sahni y Hannan no han declarado relaciones comerciales de interés.
Autora: Alison Palkhivala
Publicado em 15/09/2008
American Society for Bone and Mineral Research 30th Annual Meeting: Abstract 1186.