El ciclo evolutivo de la materia y su ciclo reversible
Disertación en el Congreso de la Unión Naturista Argentina el13 deOctubre de 1963
Por el Prof. J. Rodríguez
La materia tiene un ciclo evolutivo que va del reino mineral al género humano, y otro ciclo reversible que comienza con la muerte de todo ser vivo y termina con la desintegración de los cuerpos, convirtiéndolos en sus últimos productos simples: el carbono y el amoníaco.
En efecto, la materia duerme en el reino mineral, despierta en el vegetal, se mueve en el animal y piensa y siente en el género humano. Lo que ayer fue una peña puede muy bien pasar a ser mañana, a formar parte de una inteligencia humana.
Como todos sabemos, la peña se va disgregando por efecto de los elementos naturales y sus componentes se van mezclando con los líquidos de la tierra. Estos líquidos son absorbidos por las plantas como luego vamos a ver.
Ef Ciclo Evolutivo de la Materia
Las plantas por medio del geotropismo de sus raíces, absorben la savia de la tierra en forma líquida con la cual van los elementos minerales que antes integraban la peña. Esos líquidos, suben por los tallos de las plantas mediante la función hidrotrópica de sus vasos hasta llevar dicha savia a los últimos extremos de las plantas. Las hojas de las hierbas, arbustos y árboles, absorben de la atmósfera el anhídrido carbónico (CO2), y, por medio de los rayos lumínicos del sol y el verdeo de las hojas —clorofila— de las plantas, éstas hacen una fotosíntesis elaborando con ello los hidratos de carbono. De éstos y un fermento que se halla en la clorofila a base de magnesio, las plantas elaboran las grasas. De éstas y los nitritos —abonos de la tierra— que han subido con los líquidos.
Las plantas elaboran las proteínas (las albúminas). Así quedan elaborados los tres grupos nutritivos de los dos reinos vivos: el vegetal y el animal. Con los líquidos de la tierra, como ya lo hemos dicho, van los elementos minerales, sales y metaloides, que forman en la nutrición, el elemento mineralizante (grupo catalítico), indispensable para la armonía funcional de los seres vivos.
Las plantas continúan su obra de acuerdo a las Leyes de la Vida: en las estaciones primaverales florecen, en cuyo período se realiza la conjugación de los sexos en las plantas dando lugar a la formación de sus frutos; y, a medida que estos frutos van creciendo, van acumulando en sus pulpas radiaciones solares y radiaciones cósmicas de toda índole —vitaminas-basta completar su total formación y maduración. Aquí termina el ciclo evolutivo de la materia y comienza el de la energía sublimada. En efecto, el reino vegetal se alimenta de su propia elaboración; el reino animal se alimenta directa e indirectamente del reino vegetal consumiendo sus hierbas. El género humano, siendo el último escalón de la escala zoológica, su alimento es la fruta, y de ella, como parte culminante del ciclo evolutivo de la materia, va formando sus elementos constitutivos hasta desarrollar su estructura total, en cuyo desarrollo va creando una inteligencia y una conciencia positiva. Por eso decíamos al comienzo de este trabajo que, lo que ayer fue una peña puede muy bien pasar a ser mañana parte de una inteligencia humana. Esto es también lo que decíamos con respecto al ciclo evolutivo de la energía sublimada, que culmina con la formación de una conciencia personal y una inteligencia humana: Es la Obra de la Creación.
El Ciclo Reversible de la Materia
Habíamos dicho que, la materia tiene también un ciclo reversible. En efecto, todo ser vivo, animal o vegetal incluyendo el género humano, tiene un ciclo de vida que termina con la muerte y luego comienza la desintegración de su cuerpo hasta convertirse en sus últimos productos simples: el carbono y el amoníaco. El carbono se va a la atmósfera a unirse nuevamente con el oxígeno para formar otra vez el anhídrido de carbono; el amoníaco vuelve a la tierra a formar nuevamente los nitritos. Aquí termina el ciclo reversible de la materia y quedan así preparados los elementos resultantes de dicha desintegración, para emprender nuevamente el ciclo evolutivo de la materia. Por eso se ha dicho y se sigue diciendo que en la Naturaleza nada se pierde, dado que todo se transforma.
Como podemos comprender por lo expuesto, todo ser humano que toma los elementos naturales para su nutrición de la parte culminante del ciclo evolutivo de la materia, emprende también el camino del ciclo de la energía sublimada de su propio ser, porque se coloca en el camino de la evolución natural, de acuerdo a la Obra de la Creación.
En cambio, el que toma los alimentos para su nutrición del ciclo reversible de la materia, está en el camino de la negación, que es lo reversible: por eso formará una conciencia negativa y una falsa personalidad. Si contemplamos este aspecto de la vida en el mundo contemporáneo, vemos que vivimos una civilización negativa en el sentido de la vida, con un sistema social de mentira organizada. En este mundo social vemos al hombre actuando en forma de su propia destrucción.
"Hay que volver a la Naturaleza" decía J. J. Rousseau. Nosotros decimos: Hay que ponerse a tono con las leyes de la vida, y, especialmente, con las leyes que rigen la naturaleza humana, que es estar en concordancia con la Obra de la Creación.
Revista: "Mi Salud" de ANBA 1964
Prof. JOSÉ RODRÍGUEZ gran pionero del naturismo argentino y de la Asociación Naturista de Buenos Aires, actuando para este ideal desde el año 1928 como periodista, conferenciante y profesor en todo el país.
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