EL HIGIENISMO
HIGIENISTAS norteamericanos pretenden haber inventado
el HIGIENISMO. Al tomar como símbolo a ignorar que era
Pero deben saber también que recogida por Hipócrates la antigua
doctrina higienista, nos fue transmitida por sus AFORISMOS. Actualizada
por los “neo-hipocráticos”, tiene, sin embargo, todavía
diferente interpretación entre alópatas y naturópatas. La concepción
bipocrática nos pareció siempre clarísima: ¿Estás enfermo?
Averiguaremos juntos lo que hicistes para enfermar ¿Quieres sanarte?
Pues, “CONTRARI CONTRARIIS CURANTUR”, has lo contrario de lo que hicistes para
enfermar, y NATURA el verdadero médico (que es siempre para el hipocralismo la
“OPTIMA MEDICATRIZ”) te devolverá el equilibrio y la salud.
Ese razonamiento del “padre de la medicina” con su enfermo,
es todavía hoy el criterio del verdadero naturista. Es la genuina
interpretación del la alopatía, pero sólo bien interpretado por los naturistas.
Hacer lo contrario es, para quien comió mucho y mal, ayunar o comer
menos y mejor; para quien llevó vida sedentaria, moverse más;
para quien estuviera exhausto, descansar. La medicina por los
contrarios se confundía. Para Hipócrates con la HIGIENE, puesto
que afirmaba en uno de sus aforismos: “LO QUE MANTIENE LA
SALUD, CURA LA ENFERMEDAD”.
El llamado “HIGIENISMO” de una escuela norteamericana
es, pues, la esencia de nuestro NATURISMO, desde nuestra iniciación.
(Ver además DIAGNOSTICO MEDICO Y NATUROPATICO Auscultación,
toma del pulso y temperatura, presión arterial, metabolismo basal,
análisis de sangre y orina, radioscopías y radiografías, etc... son
algunos elementos del diagnóstico clásico. Después de estudiar
los datos obtenidos y eventualmente realizar consultas con otros
“Higienismo” en parte alfabética).
en los Hospitales de Nueva York, habría demostrado un 50% de
errores.
Homeópatas y muchos naturópatas utilizan el diagnóstico
iridiano. Parten del principio que se produce en el organismo
humano una acumulación de substancias extrañas que los homeópatas
llaman PSORA, que hasta consideran puede transmitirse
por herencia de padres a hijos. Si bien hay cierta similitud entre
el criterio homeopático y naturopático a ese respecto, hay bastante
diferencia en ambos puntos de vista, en lo higiénico y sobre
todo en lo terapéutico.
En nuestro criterio, la iriscopía permite descubrir signos de
acumulaciones tóxicas y acidósicas, de traumas e inflamaciones
orgánicas y hasta signos de taras hereditarias, por lo cual resulta
un elemento interesante de observación del estado orgánico, en
el momento del examen. Permite, asimismo, en cierta medida,
definir las condiciones y sitios de menor resistencia y las probabilidades
mórbidas del sujeto. Posibilita así cierto pronóstico y la
observación de la evolución en el curso del tratamiento del paciente.
Sin dejar de tener en cuenta esos datos, ni despreciar los
datos aportados por el interrogatorio del propio sujeto, sobre tratamientos
médicos anteriores, el naturópata (o higienista) dará
siempre la mayor importancia a las investigaciones del método
anterior de vida del enfermo, a las que agregará un estudio de su
VITALIDAD, TEMPERAMENTO Y CAPACIDAD METABOLICA, para
poder prescribir el tratamiento adecuado.
En resumen, las investigaciones más interesantes para el diagnóstico
naturopático serán las siguientes: 1º) Interrogatorio sobre
hábitos dietéticos, actividad física, estado psíquico (preocupaciones,
conflictos, complejos, tristeza, neurosis, etc.; 2º) Proceso digestivo;
3º) Dolores u otras molestias; 4º) Piel seca o húmeda;
5º) Estado de los demás emuntorios (riñones, vejiga, intestinos);
6º) Diagnóstico del temperamento, de la vitalidad o constitución.
Además del interrogatorio, la observación del rostro, de los párpados,
del iris, de la lengua, dan datos importantes: 7º) Son interesantes
los diversos datos del diagnóstico cartoniano: a) desarrollo
del apéndice xifoides; b) color y desarrollo de las medialunas, o
Clínicos o especialistas, una estadística de los diagnósticos hechos
lúnulos de las uñas: vello del pecho y pantorrillas del varón;
c) Líneas de las manos (quirología) ; d) Desarrollo comparado de
los miembros (antropometría) ; e) Formas de la cabeza (fisionomía,
frenología, expresión del rostro y del cuerpo).
Todo buen observador hace en un instante el diagnóstico de
la vitalidad, constitución y capacidad metabólica y con el cambio
de impresiones con el paciente sobre sus gustos y costumbres,
está en condiciones de ayudarle a iniciar su tratamiento higiénico
(ayuno, nueva orientación dietética, ejercicios, reposo, baños, etc.)
cuyas normas constituyen sus mejores indicaciones curativas.
Esta breve reseña dará una idea bastante clara acerca del
criterio y de los conocimientos precisos para ser un buen instructor
naturópata, higienista o médico naturista. Pero según su estado
y su buen criterio, muchas personas podrán iniciarse solas,
bastando para eso que comprendan sus errores y se decidan a
enmendarlos. Cualquiera puede realizar un corto ayuno, teniendo
en cuenta nuestras instrucciones para iniciarlo y para cortarlo,
pasando a adoptar una dieta correcta.
(Ver “ALIMENTACION RACIONAL HUMANA” ).
Sin embargo, habiendo dudas o desorientación, oposición del ambiente familiar,
o un estado de agravación aparente o real, en el estado del
enfermo, podrá ser conveniente la ayuda de un instructor idóneo,
o médico dietista naturista capacitado.
Alópatas objetan contra el naturismo casos de afecciones graves.
Se citaba otrora la sífilis, para la cual era indispensable el
“tratamiento especifico, al 914”.
unidades de un antibiótico... Sin embargo, el Dr. Carton calificaba
la cura naturista de
CONTRA COMPLICACIONES LEJANAS”.
Ahora, se cura con un millón de“REMEDIO SOBERANO Y LA MAYOR GARANTIA
Admitamos que un enfermo de meningitis pueda ser salvado
con penicilina: que una peritonitis perforada pueda ser operada
con éxito; que la cirugía, en operaciones del cerebro o corazón
haya hecho milagros... Pero tambien cuántos fracasos hay ?.
Y si admitimos que en algún caso extremo la droga-milagro pueda
justificar su apodo, es evidente que una buena cultura higiénica hubiera
hecho seguramente evitable su empleo.
Frente a esos aparentes éxitos, hay millares de casos de fracasados
de la medicina (urémicos, reumáticos, esclerosos, eczematozos, hasta
casos de pénfigo, tumores del seno, gangrena diabética)
que pudieron sanarse, sin el tratamiento medicamentoso o
la operación decretados. (Véanse en la parte alfabética los casos
citados). Como se ve, admitimos lo realmente admisible de los
verdaderos “progresos” de la medicina y de la cirugía, en casos
extremos, pero lamentamos que no se reconozcan nuestras razones
y no se admitan los evidentes triunfos de los métodos naturales
en muchos casos donde fracasaron las drogas.
Profesor Doctor Juan Esteve Dulin 1976.